Terminó la histórica cumbre en el Vaticano contra la pederastia de los clérigos. El papa Francisco comparó los abusos sexuales a menores con los sacrificios humanos y anunció una “batalla total” contra un crimen que calificó de abominable.
La cumbre estuvo marcada por las historias de horror y dolor de algunas víctimas de abusos y la confesión de que los archivos sobre los autores de abusos sexuales fueron destruidos o que incluso no se crearon. El papa dijo que hará todo lo necesario para llevar ante la justicia a quienes hayan cometido tales crímenes y nunca buscará ocultar ningún caso. Pidió también enfrentar el fenómeno tanto dentro como fuera de la Iglesia y proteger a los niños de los lobos voraces.
No todos han recibido bien sus palabras. Algunas víctimas creen que se repitieron promesas viejas y que la conferencia llega tarde, sólo después de décadas de escándalos de corrupción, de abusos sexuales y de encubrimiento.
El propio Papa pidió concretismo al principio de la Cumbre. Advirtió que la batalla apenas comienza ahora y que luego habrá que fijar protocolos y seguir la lucha contra este fenómeno que se ha extendido en el mundo.
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