Han pasado casi nueve años desde que el Reino Unido votó por abandonar la Unión Europea. Hoy esta historia da un vuelco, luego que este peso pesado, participará en proyectos conjuntos de compras. Reino Unido y la Unión Europea, han acordado facilitar la llegada de alimentos y visitantes británicos a la UE, y firmaron un nuevo y polémico acuerdo pesquero.
Los aranceles de Trump, junto con las advertencias de que Europa debería redoblar sus esfuerzos para protegerse, obligaron a los gobiernos de todo el mundo a replantearse sus lazos comerciales, de defensa y de seguridad, acercando al primer ministro británico, Keir Starmer, al francés, Emmanuel Macron, y a otros líderes europeos.
Starmer, quien apoyó la permanencia en la UE en el referéndum del Brexit, también apostó a que ofrecer beneficios tangibles a los británicos, como el uso de puertas electrónicas más rápidas en los aeropuertos de la UE, acallará las críticas de “traición” del activista del Brexit, Nigel Farage.
Es el tercer acuerdo que Gran Bretaña alcanza este mes, tras los acuerdos con India y Estados Unidos, y si bien es poco probable que genere un impulso económico significativo de inmediato, podría mejorar la confianza empresarial, atrayendo inversiones muy necesarias.
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