Tras una larga sesión de negociaciones este lunes noche en Bruselas (capital de Bélgica), se ha logrado un acuerdo sobre la retirada británica de la UE. Lo que se conoce como la fase de divorcio, incluía una cuantía económica de 39 mil millones de libras, los derechos de los ciudadanos y la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Sobre Irlanda, la última propuesta del equipo del negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, busca un mayor control europeo sobre Londres, si primera ministra británica, Theresa May, mantiene al conjunto del Reino Unido bajo la unión aduanera a fin de evitar la temida frontera física en Irlanda.
Es tal caso, Bruselas quiere que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea arbitre la convivencia de ambos bloques y la eventual salida británica una vez alcanzado un acuerdo comercial.
Theresa May sabe que no cuenta con los números suficientes en el Parlamento para ratificar un eventual acuerdo lo que a su vez, le costaría su puesto al frente del Ejecutivo.
Pero May, además, debe lidiar con las ambiciones políticas de ciertos miembros de su gabinete, que mediante el juego sucio buscan su propio rédito político a costa de la primera ministra.
Este miércoles, May mantendrá otra sesión con su gabinete para explicar los detalles del acuerdo, aún desconocidos, y buscar su apoyo. Mientras en Bruselas, se ha convocado una sesión de emergencia de los embajadores de los 27 para tratar este tema del divorcio, sin el cual, Reino Unido no puede proseguir con las negociaciones en materia comercial para la era post-Brexit.
Ian Díez, Londres.
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