La primera ministra británica, Theresa May, comunicó al Parlamento su intención de asumir el liderazgo de este proceso.
De esta forma, May formalizó lo que ya era una realidad, porque la unidad especial creada en su oficina para el Brexit, había cobrado importancia en los últimos meses.
Por otra parte, el negociador británico para el Brexit, Dominic Raab, en su comparecencia ante el Parlamento, reveló la decisión del Gobierno para seguir aplicando las leyes británicas durante el periodo de transición, tras la salida británica de la UE.
Mientras más se fortalezca la posibilidad de un Brexit sin acuerdo entre Londres y Bruselas, uno de los temas críticos, es el futuro de los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido, que siguen sin una respuesta definitiva.
Las palabras de garantía del ministro británico en el Parlamento, ni siquiera convenció a los diputados opositores y mucho menos a los ciudadanos, cuya vida será afectada por el Brexit.
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