Era el discurso que todos estaban esperando. May tomaba el atril en el “Mansion House” en el centro de Londres para verter sobre los micrófonos su idea de Brexit. Reino Unido estará fuera de la unión aduanera y el mercado único para mantener la puerta abierta al mercado internacional, y lo hará en su conjunto.
May hace referencia a los modelos comerciales de ambos países con la Unión Europea (UE), y busca algo intermedio y a medida, que garantice el mayor acceso posible al comercio y a los servicios financieros. Añade que buscará colaboraciones en distintas áreas como en seguridad, y que aceptará la aportación del Tribunal Europeo de Justicia (TEJ) para temas comunes.
May ha realizado un discurso muy completo y ambicioso en el que desea mantener lo máximo posible de la actual relación con la UE, pero desde fuera del mercado común y unión aduanera, y pretende conseguirlo manteniendo regulaciones y copiando las nuevas, para garantizar un comercio sin barreras y eliminar la necesidad de una frontera física con la República de Irlanda, pero deja la efectividad de su propuesta en manos de Bruselas.
Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo (CE), dijo a May en la reunión que mantuvieron este jueves en Londres que no está contento con la postura del gobierno británico. Bruselas ahora debe contestar si acepta la posibilidad de negociar un acuerdo tan ambicioso y contrario a varios de los principios de la UE por el bien del comercio y del proceso de paz en Irlanda.
Ian Díez, Londres.
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