El vídeo, obtenido el miércoles por la cadena estadounidense de noticias MSNBC, muestra cómo tres policías de la ciudad de Boston infligen múltiples shocks eléctricos a Linwood Lambert cuando corría, esposado, hacia las puertas de la sección de urgencias de un hospital.
Tras los hechos grabados, en lugar de acompañarlo, los policías llevaron a Lambert a la cárcel, con la justificación de que estaba arrestado por conducta desordenada y daños a la propiedad.
A su llegada a la cárcel, el afroamericano de 46 años de edad estaba inconsciente. Una ambulancia se lo llevó después a las mismas urgencias, pero Lambert fue declarado muerto en el hospital, solo una hora después de que lo arrestaran los agentes.
La familia de la víctima acusa a los policías de arrestar a Lambert de manera ilegal y de usar contra él fuerza excesiva, irracional y letal.
La violencia policial contra la comunidad afroamericana no es fenómeno nuevo. Entre las miles de víctimas mortales de la brutalidad policial en Estados Unidos, se encuentran Walter Scott, Eric Garner y Michael Brown, tres jóvenes de raza negra fallecidos en los últimos años.
La escalada de violencia policial y de abusos de la fuerza por parte de agentes del orden ha desencadenado una ola de protestas antirracistas en EE.UU.

El pasado mes de julio, Amnistía Internacional (AI) afirmó que no hay ningún estado de EE.UU. en que la Policía cumpla las normativas internacionales sobre el uso de armas letales.
En los últimos 15 años, al menos 5600 personas han perdido la vida en EE.UU. por brutalidad policial, según muestra un mapa interactivo basado en los datos de la organización no gubernamental Fatal Encounters publicado el pasado mes de abril.
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