El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que lanzó un “ataque poderoso y mortal”, el jueves por la noche, contra integrantes del grupo terrorista Daesh en Nigeria, después de pasar semanas denunciando al grupo extremista por atacar a cristianos.
El Departamento de Guerra de Estados Unidos (el Pentágono) afirmó que el ataque implicó el lanzamiento de una decena de misiles Tomahawk desde un navío de la Armada estadounidense desplegado en el Golfo de Guinea, y provocó “múltiples” víctimas en el estado de Sokoto (noroeste), cerca de la frontera con Níger.
A pesar de que el magnate neoyorquino describió el ataque como un “regalo de Navidad” para terroristas, los habitantes de Jabo, una tranquila comunidad agrícola de mayoría musulmana en el distrito de Tambuwal, estado de Sokoto, aseguraron a CNN que su aldea, afectada por los ataques del jueves, nunca había presenciado la violencia extremista.
Según el informe, publicado el viernes, un misil disparado por Estados Unidos cayó a pocos metros del único centro médico de la aldea de Jabo, aterrorizando a los habitantes y provocando un estado de conmoción y confusión.
Suleiman Kagara, residente de esta aldea, declaró a CNN que escuchó una fuerte explosión y vio llamas cuando un proyectil pasó volando sobre sus cabezas alrededor de las 10 p. m. del jueves. Poco después, se estrelló, explotando al impactar contra el suelo, lo que provocó que los aldeanos huyeran aterrorizados. “No pudimos dormir anoche”, dijo Kagara, afirmando que “nunca habíamos visto algo así”.
Los aldeanos rechazaron las afirmaciones de Trump que el ataque se dirigió a objetivos de Daesh, matizando que Jabo no es conocido por su actividad terrorista y que los cristianos locales coexisten pacíficamente con la mayoría musulmana.
“En Jabo, consideramos a los cristianos como nuestros hermanos. No tenemos conflictos religiosos, así que no esperábamos esto”, declaró Kagara.
Por su parte, Bashar Isah Jabo, legislador que representa a Tambuwal en el Parlamento estatal, describió la aldea a CNN como “una comunidad pacífica” sin antecedentes conocidos de Daesh, Lakurawa (organización que Nigeria clasifica como terrorista debido a su presunta afiliación con Daesh) ni ningún otro grupo terrorista operando en la zona.
El ataque se produjo luego de que Trump hablara el mes pasado sobre la intención de su país de atacar a Nigeria, país rico en hidrocarburos y tierras raras, diciendo que Estados Unidos “bien podría entrar en ese país, ahora deshonrado, con todas las armas en la mano, para aniquilar por completo a los terroristas islámicos que cometen estas horribles atrocidades” contra sus “amados cristianos”.
Los analistas y autoridades nigerianas rechazan que la violencia contra la comunidad cristiana se trate de una persecución religiosa. Los conflictos vividos en los últimos años en este país también surgen de rivalidades comunitarias y étnicas, así como de tensiones entre agricultores y pastores por la escasez de tierras y recursos hídricos.
Nnamdi Obasi, asesor principal del International Crisis Group, dijo a CNN que, “es poco probable” que los ataques aéreos estadounidenses “detengan la violencia multifacética en diferentes partes del país que es impulsada en gran medida por fallas de gobernanza”.
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