Libre de cargos. Así es como un jurado de Wisconsin absuelve de culpa a Kyle Rittenhouse, de 18 años y quien asesinó a tiros a dos activistas y dejó paralítico a otro en Agosto de 2020, durante las movilizaciones sociales que pedían justicia por el asesinato -a manos de la policía- del afroamericano Jacob Blake. En varias ciudades del país, las reacciones de impotencia y frustración.
Activistas aseguran que el caso abre la puerta a una serie de implicaciones. Con la justificación a las acciones de Rittenhouse, se establece un precedente de violencia que podría repetirse en cualquier escenario de convulsión social.
En un proceso plagado de omisiones, politización y una conducta abiertamente parcializada por parte del juez asignado al caso, 12 miembros del jurado tomaron alrededor de 23 horas para llegar a un veredicto que defraudó las expectativas de justicia para las víctimas de Rittenhouse.
El veredicto y absolución de Kyle Rittenouse pone en relieve una vez más las profundas grietas e inconsistencias del sistema judicial estadounidense. Un sistema que juzga basándose en conveniencias políticas, poder económico y como apunta en este caso, apariencia racial.
Marcelo Sanchez, Washington
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