En un reporte publicado el jueves, el medio estadounidense la Voz de América (VOA) señala que en cada elección presidencial en Estados Unidos, los funcionarios electorales descartan cientos de miles de boletas por correo por una variedad de razones, desde llegar demasiado tarde hasta no tener una firma adecuada en el reverso del sobre.
“Pero este año, con más de la mitad de los votantes estadounidenses que han emitido sus votos anticipadamente o por correo, se están desechando aún más boletas, lo que genera dudas sobre los derechos de voto y aumenta el espectro de una incertidumbre postelectoral en los estados clave”, indica el texto.
Conforme a un análisis realizado por dos académicos —el profesor de Dartmouth College, Michael Herron, y el profesor de la Universidad de la Florida, Daniel Smith—, citado por el medio estadounidense, aunque si bien no publican datos sobre boletas rechazadas antes de las elecciones, en el estado de Florida, por ejemplo, de los 3,8 millones de boletas emitidas por correo hasta ahora, más de 15 000 enfrentan el rechazo, o sea, el 0,4 % de votos.
En Carolina del Norte, no obstante, el porcentaje es aún mayor. Hasta el 25 de octubre, de más de 780 000 boletas enviadas por correo, más de 10 000 enfrentan un posible rechazo, aproximadamente el 1,3 %.
Aunque, a primera vista, el número de boletas marcadas para rechazo parece modesto, sin embargo, “como en otros con elecciones históricamente reñidas, 10 000 votos a veces pueden ser la diferencia entre una victoria y una derrota”, añade VOA.
Por otra parte, como ocurrió en algunas elecciones anteriores, más votantes de minorías que blancos están enfrentando rechazos de boletas. Según los investigadores, en Carolina del Norte, los votantes negros tuvieron tres veces más probabilidades que los votantes blancos de que se marcaran sus boletas.
Las elecciones presidenciales de EE.UU. se celebran el próximo 3 de noviembre, mientras que hay dudas e incertidumbres entre la población estadounidense sobre si el proceso electoral se desarrollará correctamente por existir sospechas de que se produjera algún tipo de fraude durante las votaciones por el sistema postal, una opción elegida por muchos ciudadanos para evitar posibles contagios del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, al acercarse a los centros de votación habilitados para la ocasión.
El propio presidente de EE.UU., Donald Trump, ha vuelto a poner en duda en reiteradas ocasiones la confiabilidad de la próxima elección presidencial, al sugerir que será “la más inexacta y fraudulenta en la historia” y que el voto por correo pueda ofrecer oportunidades para falsificar el resultado de las elecciones.
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