• Una mujer frente a un mural pintado en honor del trabajo de los sanitarios en lucha contra COVID-19, California, 22 de junio de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 10 de julio de 2020 16:35
Actualizada: sábado, 11 de julio de 2020 0:35

EE.UU. se sumerge cada vez más profundo en un pantano de COVID-19, y nuevas tasas de infección y decesos niegan la posibilidad del fin de esta pesadilla pronto.

“La ilusión prevalece sobre un gobierno que afirma tercamente que EE.UU. es el líder mundial en la lucha contra la plaga moderna”, indica un informe publicado este viernes en el portal web de la cadena estadounidense CNN.

De acuerdo con el texto, en el país norteamericano no existe el esfuerzo integrado de pruebas y rastreo que podría resaltar y aislar los epicentros de infección, y además, en medio de mensajes contradictorios de Washington, los intentos de reabrir las escuelas en unas pocas semanas ya se están convirtiendo en una farsa.

En medio de todo esto, añade, el grupo de trabajo sobre la crisis pandémica del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, no realiza sesiones informativas diarias, y cuando lo hace, se parece más a “un ejercicio para esquivar preguntas difíciles y felicitarse a sí mismo”.

 

Por otra parte, según CNN, “meses después de la peor crisis interna desde la Segunda Guerra Mundial, aún no se observa que un país fracturado se esté uniendo para enfrentar a un enemigo común”, así que la gente todavía está argumentando entre sí sobre ponerse o no ponerse una mascarilla.

El documento, lamentando la mala situación que vive el país estadounidense por la negligencia de su Gobierno, presidido por Donald Trump, insiste en que “es inimaginable que cualquier otro presidente moderno hubiera manejado las cosas de esta manera”; no obstante, pese a todo lo expuesto, el mandatario neoyorquino parece creer que su reelección, en lugar de contrarrestar la pandemia, se basa en crear una realidad alternativa en la que decenas de miles de estadounidenses no se infectaron con la letal enfermedad.

Sin embargo, la mala gestión del inquilino de la Casa Blanca ante la crisis sanitaria ha mostrado la incapacidad y la incompetencia del jefe de Estado en el manejo y la contención de la enfermedad, cuyas consecuencias vitales y económicas han sido graves en EE.UU.

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