El alto porcentaje de negros muertos por este virus denominado como COVID-19 en EE.UU. ha empezado a encender las alarmas en el país norteamericano en plena crisis por la pandemia que dejó el martes casi 2000 fallecidos.
El gobernador de Luisiana (un estado de 4,6 millones de habitantes en el sur del país), John Bel Edwards, fue el primero el lunes en dar la voz de alarma al advertir que un 70 % de los casi 600 fallecidos en su estado son afroamericanos, pese a que el colectivo apenas representa el 33 % de la población.
La disparidad es especialmente marcada en ciudades como Nueva Orleans, Chicago y Detroit, donde viven altas concentraciones de afroamericanos.
En Chicago, los afroamericanos representan el 30 % de la población, pero suponen el 52 % de los contagios confirmados por el coronavirus y siete de cada 10 fallecidos por esta causa.
“Sabemos muy bien que hay disparidades generales en los resultados de salud que juegan en líneas raciales y lo mismo puede ser cierto para este virus”, denunció Ngozi Esike, la directora del Departamento de Salud Pública de Illinois.
Los críticos señalan que esos riesgos se ven significativamente exacerbados por las desigualdades raciales en la atención médica, incluidos el cierre de instalaciones y límites en los planes de seguro público de salud como Medicaid y Medicare.
Los afroamericanos tienen el doble de probabilidades de carecer de seguro de salud en comparación con sus homólogos blancos, y es más probable que vivan en áreas médicamente desatendidas, donde la atención primaria es escasa o costosa.
La epidemióloga Sharrelle Barber, de la Universidad Drexel en Filadelfia, aclaró al diario The New York Times que la causa de la mortalidad mayor entre afroamericanos “no es biológica” sino que “en realidad responde a las desigualdades estructurales existentes”.
La diferencia entre negros y blancos en esta pandemia también incluye los sesgos en el tratamiento, según los datos de una empresa de biotecnología citadas esta semana por la cadena pública de radio NPR. La firma de Boston Rubix Life Sciences analizó la información de las facturas médicas en varios estados y concluyó, en un informe en marzo, que a los pacientes afroamericanos con síntomas como tos o fiebre se les administraba un test de coronavirus en menor proporción que al resto de la población.
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