La noche del sábado fue una noche de mensajes de duelo en las afueras de la Casa Blanca.
Un grupo de activistas se congregaron allí para llamar a la reforma de armas con la presencia de los miembros de la comunidad de El Paso, en el estado de Texas (EE.UU.), en la capital estadounidense, Washington, que realizaban una vigilia para honrar a las víctimas del tiroteo masivo que dejó 22 muertos hace una semana.
Los tiroteos y la necesidad de restricciones sobre la posesión y compra de armas de fuego se han convertido en el tema central de las precampañas electorales de los demócratas que abogan por diferentes niveles de control de armas en Estados Unidos.
Tras estos dos tiroteos que dejaron 32 muertos y decenas de heridos en menos de 30 horas en estado de Ohio, sita en la región medio oeste de EE.UU., y Texas, ha resurgido el debate sobre el control de armas en el país norteamericano. Un debate que en el pasado, desapareció y pareció ser olvidado al pasar el tiempo, e incluso bajo la influencia de los lobbies de armas del país norteamericano.
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