En su intervención el martes por la noche, el magnate republicano ha recurrido a los términos como “la libertad” y el derecho para apoyar las protestas y disturbios que se llevaron a cabo a finales de diciembre y principios de enero en varias ciudades de Irán.
Trump ha acusado al Gobierno iraní de “dictadura” y se ha orgullecido de no quedarse “callado” y de mantenerse al lado de los grupos sediciosos durante el desarrollo de las disturbios en el país persa. “Estados Unidos está junto al pueblo de Irán en su valiente lucha por la libertad”, ha afirmado.
EE.UU. y el régimen de Israel, entre otros enemigos de Teherán, aprovecharon la oportunidad de las protestas pacíficas contra la inflación y el desempleo en varias ciudades iraníes, para atentar contra la Revolución Islámica por medio de sus secuaces, que infiltrados en las manifestaciones, llevaron a cabo actos vandálicos.
El Gobierno iraní denunció el apoyo “engañoso y oportunista” de Trump y personas de su entorno a las protestas en el país, y subrayó que “las autoridades de Washington no están en posición de mostrar compasión por el gran pueblo iraní”, tras acusarlo de “terrorismo” y vetar su entrada en EE.UU.
Estados Unidos está junto al pueblo de Irán en su valiente lucha por la libertad”, ha afirmado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en alusión a los disturbios acaecidos en el país persa a principios de enero.
La Administración de Trump aunque impuso sanciones unilaterales contra algunas autoridades iraníes acusándolas de “la violación de los derechos humanos”, fracasó en su intento de forzar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) para que aprobara una resolución antiiraní por las protestas habidas en el país persa.
Los miembros del CSNU, entre ellos algunos aliados de EE.UU., rechazaron el guión de Washington y su injerencia en los asuntos internos de Irán.
En su discurso de este martes, Trump además ha pedido una vez más al Congreso que revise el acuerdo nuclear de 2015 firmado por su antecesor Barack Obama en el marco del G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia, y China, más Alemania).
El magnate que ha maldecido reiteradas veces el pacto, tachándolo de uno de los peores acuerdos en la historia, quiere que el acuerdo, se amplíe para incluir restricciones al programa de misiles de Irán. Teherán, no obstante, asegura que el desarrollo de su capacidad militar es su línea roja y se fundamenta en una doctrina defensiva.
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