Así lo reveló ayer viernes el rotativo turco Yeni Safak en un artículo, donde precisa que Trump recibió esa cantidad de dinero del magnate estadounidense ultrasionista Sheldon Adelson para su campaña electoral a cambio de trasladar la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Al-Quds.
De hecho, el rotativo indica que en marzo de 2016, el mandatario estadounidense prometió al grupo de lobby proisraelí más poderoso, el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés), que la misión diplomática de EE.UU. se trasladaría de Tel Aviv a la ciudad santa y luego recibió una donación de 20 millones de dólares de Adelson.
A continuación, recuerda que el inquilino de la Casa Blanca debe trasladar la embajada a Al-Quds en virtud de una ley de 1995 a menos que se renueve cada dos años, una exención por motivos de seguridad nacional. Trump firmó a regañadientes la exención en junio y Jerad Kushner, yerno y asesor del presidente de EE.UU., dijo que el traslado podría tener amplias repercusiones en la región.
Sin embargo, prosigue, Adelson y otros partidarios del régimen de Israel estaban irritados y presionaron en octubre a Trump sobre el tema durante una cena privada en la Casa Blanca. Adelson ha estado en estrecho contacto con Trump desde que este se mudó al palacio presidencial, añade.
En este mismo contexto, el diario estadounidense The New York Times también vinculó la decisión del presidente de EE.UU.con varios lobbies israelíes y sostuvo que apenas diez días antes de asumir el cargo, Trump recibió a Adelson para una reunión privada, tras la cual le dijo al presidente de la Organización Sionista de América (ZOA, por sus siglas en inglés), Morton Klein, que la embajada sería trasladada.
A pesar de todas las críticas, el miércoles Trump acabó reconociendo oficialmente Al-Quds como capital del régimen israelí y anunció que el Departamento de Estado estadounidense va a iniciar preparativos para trasladar la misión diplomática a la ocupada ciudad palestina.
La decisión de Trump favorece al régimen de Israel, si bien ha recibido la condena de casi todos los países árabes y también de otros aliados de Washington, así como de organizaciones internacionales y analistas, que han alertado de la escalada de tensiones en la zona por el caso de Al-Quds.
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