• Un cazabombardero F-35 israelí hace un vuelo de exhibición en Bir al-Sab (Beerseba), en el sur de la ocupada Palestina, 29 de diciembre de 2016.
Publicada: sábado, 7 de enero de 2017 17:58

Un analista de la revista ‘The National Review’ llama a Trump a cancelar el proyecto ‎del cazabombardero de quinta generación F-35 por ‘inviable’.‎

“El F-35 estará siempre incapacitado por su peso inmanejable y sus problemas de recalentamiento, lo que garantiza que del programa no saldrá jamás un avión de combate fiable y económico”, sentencia el ingeniero Michael Fredenburg en su largo análisis publicado ayer viernes en la citada revista.

Para el especialista, los errores cometidos en la etapa inicial del desarrollo —hace más de 20 años, recuerda— son incorregibles. La aeronave se ha logrado aligerar, pero a costa de desmontar armas necesarias para el tipo de combate para el que está pensado el avión y de reducir las capacidades de su sistema de seguridad.

Por si esto fuera poco, el propulsor funciona de manera inestable y los sistemas de enfriamiento fallan constantemente, asegura el experto. Los errores de diseño provocan también que los pilotos sufran desorientación y fuertes dolores al ser lanzados desde un portaaviones, lo que podría obligar incluso a introducir cambios en el diseño de los barcos, señala.

El F-35 estará siempre incapacitado por su peso inmanejable y sus problemas de recalentamiento, lo que garantiza que del programa no saldrá jamás un avión de combate fiable y económico”, considera el analista militar Michael Fredenburg.

Por todo ello, el ingeniero apela a la promesa electoral del hoy presidente electo Donald Trump de “drenar el pantano” (purgar la corrupción institucionalizada en Washington, capital) y estima que el proyecto de caza “ejemplifica todo lo malo del sistema estadounidense de adquisiciones militares, dominado por los proveedores y por un capitalismo mafioso”.  

 

De hecho, Trump ya protestó en Twitter por los costos desorbitados del F-35 —cada unidad estaría entre los 122 y los 355 millones de dólares, según las fuentes—, e incluso ha presionado a la compañía fabricante, Lockheed Martin, sugiriendo que podría sustituirlo por cazas de cuarta generación F/A-18 Super Hornet de Boeing.

Que el nuevo mandatario acepte el fracaso y cancele el proyecto es justo lo que reclama Fredenburg. Este, de hecho, pronostica que, incluso si la Administración estadounidense obtiene descuentos de Lockheed Martin, estos serán compensados más adelante por sobrecostes, actualizaciones y carísimas piezas de recambio.

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