“Todos sabemos que la Policía de Baltimore mantiene una relación rota con la población (...) Pido a los investigadores del Gobierno de Estados Unidos que abran una investigación para comprobar si la Policía de este departamento utiliza fuerza excesiva o adopta políticas discriminatorias (contra los civiles)”, acotó.
De igual manera, la alcaldesa afro estadounidense afirmó que durante los últimos años esa localidad ha recibido varias denuncias sobre la fuerza excesiva que emplean los efectivos policiales.
Esa solicitud se produjo un día después de que la nueva fiscal general de EE. UU., Loretta Lynch, visitara Baltimore. “Lynch entiende la urgencia de esa solicitud”, indicó la alcaldesa.
Esa urbe norteamericana es escenario de las protestas desde el pasado 19 de abril, cuando Freddie Gray, el joven negro de 25 años perdió la vida, tras sufrir una grave herida en la espina dorsal como consecuencia de la golpiza policial que recibió durante su detención el 12 de abril.
La fiscal de Baltimore, Marilyn Mosby, aseguró el pasado viernes que la muerte de Gray a manos de la Policía fue un “homicidio”. Cinco de los seis agentes de la Policía de Baltimore acusados del homicidio de Gray han sido puestos en libertad bajo fianza.
La muerte de Gray se produjo en un momento de gran tensión en EE.UU. entre los distintos cuerpos de policía y la comunidad, después de que durante los últimos meses tuvieran lugar varios casos de abuso policial con resultados mortales.
Varias otras ciudades de EE.UU., como Nueva York (noreste), Denver (centro) y Chicago (centro-este), se movilizaron contra la brutalidad y el fuerte racismo policial en el país norteamericano.
Este último caso de brutalidad y discriminación racial policial tiene lugar en Baltimore, donde el 63 % de la población es negra, como también lo son la mitad de su fuerza policial y su alcaldesa.
Asimismo, este asesinato se suma a similares incidentes, en los que agentes blancos matan a tiros a ciudadanos afroamericanos desarmados, hechos que han provocado multitudinarias marchas antirracistas en la mayoría de las ciudades estadounidenses.
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