Cara a cara, el presidente Lenín Moreno y los líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) se han sentado a la mesa del diálogo para zanjar la crisis social que ha paralizado Ecuador.
La poderosa Conaie, núcleo de amplias movilizaciones que estallaron hace 11 días contra el alza del precio del combustible, exigió a Moreno derogar el decreto 883. La medida sobre la eliminación de subsidios que incrementó hasta un 123 por ciento los precios del diésel y la gasolina.
Jaime Vargas, presidente de la Conaie, consideró que las reformas económicas del Gobierno no tendrán ningún beneficio social. Advirtió que los indígenas harán cualquier sacrifico para obligar a las autoridades a dar marcha atrás al llamado paquetazo. Por el contrario, Moreno defendió sus medidas. Aseguró que contribuirán al desarrollo del país.
Mientras se desarrollan las conversaciones, la capital ecuatoriana huele a humo y a gases lacrimógenos. De nuevo, Quito vivió escenas de caos que se contuvieron debido al toque de queda, pero no cesaron.
Casi 60 caminos en la ciudad estaban cerrados y el Ministerio del Interior aseguró que un grupo de manifestantes había incendiado nuevamente las oficinas de la contraloría.
El mundo ve con preocupación la violencia en Ecuador, que hasta ahora ha dejado 7 muertos, más de mil 300 heridos y unos mil 100 detenidos.
Este domingo, un grupo de expresidentes, parlamentarios, intelectuales y ciudadanos de América Latina emitieron una carta dirigida al Gobierne de Moreno en la que denunciaron las acciones represivas y autoritarias de Quito. Los firmantes llamaron a la comunidad internacional a prestar atención frente a la profunda crisis que padece el pueblo ecuatoriano.
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