Por Ivan Kesic
Tabas es conocida como la capital del carbón de Irán, ubicada sobre las mayores reservas de carbón del país, que ascienden a 1100 millones de toneladas, y constituye un verdadero tesoro con más de 100 minerales identificados dentro de sus límites.
Se está produciendo un cambio estratégico de la extracción de materias primas hacia el procesamiento de valor agregado, ejemplificado por nuevas fábricas en Nehbandán que producen concentrado de hierro y óxido de magnesio, con el objetivo de capturar el máximo beneficio económico y generar empleo local sostenible.
En los vastos y abrasadores paisajes de Jorasán del Sur, en el este de Irán, se está desarrollando una transformación silenciosa pero profunda, impulsada por la riqueza oculta bajo el suelo del desierto.
Esta provincia, celebrada por su azafrán y sus antiguos jardines, se está consolidando como uno de los principales corazones mineros de Irán, con Tabas y Nehbandán liderando esta ofensiva subterránea.
Aquí, la extracción de minerales que van desde la barita y la sal hasta el carbón y el oro no es simplemente una actividad industrial; es una fuente vital de empleo local, un catalizador del comercio regional y un motor poderoso para el crecimiento económico del país.
Las comunidades están aprendiendo a aprovechar estos dones geológicos, equilibrando la necesidad de desarrollo económico con un compromiso creciente con las preocupaciones ambientales, asegurando que el sector minero sustente los medios de vida al tiempo que respeta el delicado equilibrio de los frágiles ecosistemas desérticos de la provincia.
La narrativa de esta región se escribe cada vez más en el lenguaje de sus minerales, una historia de potencial liberado desde la tierra para impulsar un futuro más brillante y próspero.
Potencias mineras: Tabas y Nehbandán
Jorasán del Sur se erige como un paraíso minero en el este del país, una reputación firmemente cimentada en la prolífica producción de Tabas y Nehbandán.
La provincia cuenta con aproximadamente 4000 millones de toneladas de recursos minerales, con 648 minas activas que proporcionan empleo directo a 12 000 personas y atraen inversiones significativas a la economía local.
El condado de Nehbandán, en particular, se destaca por su increíble diversidad mineral, albergando 23 tipos diferentes de minerales y ocupando el primer lugar en la provincia por esta variedad.
Posee el distinguido título de ser considerado el paraíso minero de Jorasán del Sur, un estatus ganado gracias a sus abundantes y valiosos depósitos.
El condado alberga minerales únicos y raros, incluyendo recursos metálicos codiciados como el litio, un elemento destinado a desempeñar un papel cada vez más crucial en la transición energética global, especialmente con el auge de los vehículos eléctricos.
Además, las reservas de oro de Nehbandán se han convertido en un foco de desarrollo, ejemplificado por la mina de oro Hird, la más grande de Jorasán del Sur, que cuenta con reservas definitivas de 4,91 millones de toneladas y representa una inversión superior a 1800 millones de riales para su planta de procesamiento.
Este proyecto, con una capacidad de producción anual de 200 kilogramos de oro, es un faro de la minería moderna, generando empleo directo para unas 70 personas y señalando una nueva era de extracción de minerales de alto valor en la región.
Mientras Nehbandán deslumbra por su diversidad, Tabas afirma su dominio mediante el volumen y la importancia estratégica, particularmente en el ámbito del carbón.
El condado de Tabas ha llegado a ser conocido como la capital del carbón de Irán, ubicado sobre colosales reservas de 1100 millones de toneladas, el mayor depósito de este tipo en todo el país.
Este vasto recurso constituye la base de la identidad industrial de la región y representa una enorme oportunidad para el avance económico.
Más allá del carbón, Tabas es un verdadero tesoro, con más de 100 a 120 minerales diferentes identificados dentro de sus límites, consolidando su posición como una región minera de primer nivel.
La ciudad se posiciona como el segundo centro minero más importante de Jorasán del Sur, con 68 minas activas que contribuyen significativamente al total provincial de 323 operaciones licenciadas.
La riqueza mineral de estas dos potencias no se limita a los mercados locales; sus productos, incluyendo granito verde, cromita, bentonita y magnesita, se exportan a una amplia gama de mercados internacionales, alcanzando países como China, Irak, Turquía, Armenia y diversas naciones de Europa y del Golfo Pérsico.
Este alcance global subraya el papel crítico que desempeñan las minas de Jorasán del Sur en el impulso tanto del comercio regional como de la economía nacional, transformando los recursos desérticos en materias primas valiosas en el escenario mundial.
De la extracción mineral a la economía
El verdadero potencial del sector minero de Jorasán del Sur se está materializando cada vez más a través de un cambio estratégico de la extracción de materias primas hacia el procesamiento de valor agregado, una medida que promete una mayor estabilidad económica y empleos más sostenibles para las comunidades locales.
Los gobiernos provinciales y locales han establecido como prioridad evitar la venta en bruto de minerales, enfocándose en cambio en la creación de unidades asociadas y de procesamiento posterior que capturen el máximo valor agregado posible dentro de la región.
Esta visión se está implementando activamente mediante una serie de proyectos ambiciosos que surgen en Nehbandán y Tabas.
En el Parque Industrial de Nehbandán, se está construyendo una fábrica de concentrado de hierro con una inversión de 47 000 millones de tomanes, un proyecto clave para completar la cadena de procesamiento de minerales de la ciudad y suministrar materias primas a la Planta de Acero de Qaen.
Junto a ella, se levanta una fábrica de óxido de magnesio con una inversión de 60 000 millones de tomanes, ambas instalaciones diseñadas para transformar el mineral extraído localmente en productos de mayor valor, tanto para el consumo interno como para los mercados de exportación.
Estas iniciativas forman parte de una ola más amplia de desarrollo que incluye el proyecto de procesamiento de sílice en Dehslam, la unidad de magnesio en Sultanabad Bichand y la unidad de enriquecimiento de granate en Dehslam, todos orientados a generar empleo sostenible y fomentar una economía local más resiliente.
Este impulso hacia la industrialización está teniendo un impacto tangible sobre el terreno, proporcionando empleo vital en una región donde las oportunidades económicas son escasas.
El reciente lanzamiento de 17 nuevas minas en toda la provincia, incluidas cinco en Tabas y dos en Nehbandán, representa una inversión de más de 64 000 millones de tomanes y ha generado empleo para cientos de personas, demostrando el papel directo del sector en la generación de medios de vida.
La puesta en operación de la mina de oro Hird y la explotación anticipada de la mina de cobre porfírica Mahur, una de las tres principales zonas de exploración metálica en Nehbandán, prometen traer un cambio transformador al condado, aumentando significativamente el empleo y la experiencia técnica.
El compromiso del gobierno con este camino se evidencia en sus esfuerzos por proporcionar infraestructura esencial, como la electrificación del área minera de Shahkuh, crucial para permitir una mayor actividad industrial.
Al fortalecer el sector privado y fomentar una economía basada en el conocimiento y centrada en las personas, Jorasán del Sur está asegurando que los beneficios de su riqueza mineral no sean efímeros, sino que se integren en el tejido mismo de sus comunidades, creando empleos calificados y capacitando a la población local para convertirse en actores activos del desarrollo económico de su región.
Equilibrando el progreso con la protección ambiental
Operar en el árido y ecológicamente sensible entorno de Jorasán del Sur requiere un equilibrio consciente y dedicado entre el progreso económico y la gestión ambiental, un desafío que el sector minero está asumiendo cada vez más.
La propia existencia de estos exuberantes oasis industriales en medio del desierto es un testimonio de una gestión inteligente de los recursos, especialmente del agua, el bien más preciado de la región.
Si bien las condiciones climáticas representan desafíos innegables, también fomentan la innovación en prácticas sostenibles, asegurando que las actividades mineras se realicen con una perspectiva a largo plazo para preservar los frágiles ecosistemas de la provincia.
El impulso hacia plantas de procesamiento dentro de parques industriales, como los de Nehbandán, centraliza de manera inherente la actividad industrial, permitiendo un monitoreo y gestión más eficientes de los impactos ambientales en comparación con la extracción dispersa y no regulada.
Este enfoque centralizado facilita la implementación de mejores tecnologías de gestión de residuos y control de la contaminación, minimizando la huella de la minería en el paisaje desértico circundante.
La visión futura de la minería en Jorasán del Sur está intrínsecamente vinculada al desarrollo sostenible, con propuestas ambiciosas sobre la mesa para armonizar el crecimiento industrial con la resiliencia ambiental y económica.
Una idea convincente presentada por líderes de la industria es la creación de una zona minera especial libre en Nehbandán o Tabas, una política que no solo liberalizaría la inversión y reduciría los obstáculos burocráticos, sino que también fomentaría la adopción de tecnologías avanzadas y más limpias.
Dicha zona podría facilitar la importación de maquinaria moderna y eficiente a precios competitivos, permitiendo que las operaciones mineras sean más productivas con una menor huella ambiental.
Además, el abundante potencial de energía renovable de la provincia ofrece una vía para impulsar su crecimiento industrial de manera sostenible.
Con algunos de los niveles más altos de radiación solar del país y recursos eólicos significativos, Jorasán del Sur está idealmente posicionado para construir plantas solares y eólicas que puedan suministrar electricidad limpia a sus operaciones mineras y de procesamiento.
Esta sinergia entre minería y energías renovables representa un modelo de desarrollo visionario, donde la extracción de riqueza subterránea va de la mano con el aprovechamiento de la energía atmosférica ilimitada, asegurando que el avance económico de Jorasán del Sur sea responsable y duradero, protegiendo su singular entorno desértico para las generaciones futuras.
