La ciencia iraní ha registrado, en las últimas décadas, un gran avance en diversos ámbitos científicos y tecnológicos, que han mejorado la vida y la autosuficiencia del país. Entre sus recientes logros destaca: DestroCell, primer medicamento celular alogénico producido en Irán, que combate la enfermedad de injerto contra huésped tras trasplantes de células madre.
Pero la innovación iraní no se limita a la medicina. También protege recursos esenciales, como el agua, a través de soluciones inteligentes. Winball es una esfera equipada que detecta fugas de agua, gas y petróleo, identificando hasta dos litros por minuto, ahorra millones de metros cúbicos al año, equivalente al consumo diario de cientos de miles de personas.
En el corazón de la industria pesada, otra innovación toma forma, donde la presión y la vibración pueden anticipar fallos catastróficos. Los sensores piezoeléctricos, basados en cristales de cuarzo y cerámica, miden aceleración y presión absoluta con alta precisión.
Irán ocupa el puesto 17 a nivel mundial en publicaciones académicas y el segundo entre los países islámicos, según la base internacional Web of Science.
En este Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, Irán demuestra que la innovación es compromiso con la vida, la sostenibilidad y la independencia tecnológica. Pero cuando la ciencia se pone al servicio de la humanidad, el futuro se escribe con esperanza.
Samaneh Kachui, Teherán.
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