Durante una entrevista con motivo de la Semana de la Defensa Sagrada, el coordinador adjunto del Ejército de Irán, el contralmirante Habibolá Sayari, se ha referido este miércoles a la guerra de Irak contra Irán (1980-1988) y a la agresión estadounidense-israelí de junio, declarando que ambas guerras han tenido un objetivo común.
Ha afirmado que el objetivo del enemigo en ambas guerras era “derrotar la Revolución [islámica] y atentar contra la integridad territorial del país”.
Además, ha destacado que Israel es incapaz de luchar sin el apoyo de la OTAN y Estados Unidos, expresando que durante la guerra de 12 días, Irán asestó al régimen “golpes significativos” que fueron censurados internacionalmente, dejándolo finalmente “aplastado”, según lo que indicó el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Sayari ha añadido que en ambas guerras “el enemigo salió al campo de batalla con sus fuerzas aliadas, una vez utilizando a Sadam Husein [el dictador iraquí durante la guerra impuesta de Irak contra Irán] y otra utilizando al régimen sionista”.
Según el comandante, en ambas guerras, proporcionaron al enemigo “todas las facilidades necesarias; en aquel entonces, Oriente y Occidente apoyaban a Sadam Husein, y hoy, la OTAN y la arrogancia mundial están del lado de [el primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu”.
“Estas similitudes demuestran que, incluso hoy, la arrogancia mundial nos acecha. Nos enorgullece que, si luchamos, lo hagamos contra la arrogancia, no contra enemigos insignificantes”, ha apostillado.
En otra parte de sus declaraciones, Sayari ha afirmado que, tras el fin de la guerra de Irak contra Irán, el enemigo recurrió a “sanciones severas, guerra blanda, guerra cognitiva, emboscadas culturales e invasión cultural”.
Asimismo, ha considerado el objetivo de estos actos como “debilitar a la nación y a las fuerzas armadas”, añadiendo que “pero nuestra nación se mantuvo firme contra la arrogancia y salió victoriosa, tal como se mantuvo firme y salió victoriosa durante la era de la Defensa Sagrada”.
La guerra de 12 días estalló el 13 de junio, cuando Israel lanzó una agresión sin motivo contra el país persa, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades, lo que dejó alrededor de 1100 muertos, entre ellos varios altos mandos militares, destacados científicos nucleares y civiles. A los ataques israelíes se unió una semana después Estados Unidos, bombardeando tres sitios nucleares clave.
Irán respondió la agresión con fuerza lanzando cientos de misiles balísticos y drones contra objetivos estratégicos israelíes en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, y un ataque de represalia contra la mayor base estadounidense en la región, lo que logró detener el asalto ilegal e imponer un alto el fuego a los agresores el 24 de junio.
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