En un programa televisivo difundido el domingo por la noche, el comandante de la Fuerza Naval del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI), el contralmirante Ali Fadavi, precisó que los recursos naturales, la ubicación geográfica y los intereses nacionales de los países han sido la razón fundamental de las guerras y hostilidades en el mundo, pero en la enemistad de EE.UU. con el pueblo iraní subyace la lucha del mal contra el bien.
La República Islámica de Irán —explica— simboliza el bien y EE.UU. es una clara representación del mal, que ha mantenido viva su hostilidad contra Irán a lo largo de los años, sin relajarla un ápice.
Esta situación sigue vigente, pero el poder disuasivo de Irán, entre otros aspectos, ha impedido que los estadounidenses se atrevan a iniciar una acción militar contra el país persa”, indica el contralmirante Ali Fadavi, comandante de la Fuerza Naval del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI).
El alto mando militar de Irán se refirió a los diferentes complots orquestados por Washington contra Teherán tras la victoria de la Revolución Islámica, entre ellos, a la fracasada operación llamada ‘Garra de Águila’ en el desierto iraní de Tabas (centro) el 25 de abril de 1980 y a los ochos años de la Guerra impuesta por el entonces régimen baasista de Irak contra Irán entre 1980-88.
“Esta situación sigue vigente, pero el poder disuasivo de Irán, entre otros aspectos, ha impedido que los estadounidenses se atrevan a iniciar una acción militar contra el país persa”, aduce el contralmirante Fadavi, al tiempo que destaca los avances y nuevos logros de la industria de defensa iraní.
En otra parte de sus afirmaciones, en relación con las declaraciones del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, aseguró que la presencia del pueblo iraní en los diversos campos también ha servido para disipar la sombra de la guerra.
La República Islámica de Irán siempre se ha reservado el derecho a aumentar sus capacidades defensivas debido a las “constantes amenazas enemigas” y ha dejado claro que nunca renunciará a tal derecho.
Las autoridades iraníes aseguran que su poder militar está basado en una doctrina defensiva y de disuasión.
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