Durante las excavaciones en uno de los antiguos cementerios de la localidad, los investigadores, liderados por la australiana Anna Stevens, de la Universidad de Monash, encontraron dos tumbas, una de las cuales pertenecía a una joven de 20 años, mientras que otra contenía los restos de un adolescente de sexo indeterminado. Sin embargo, lo que sorprendió a los investigadores fueron los conos que tenían puestos en sus cabezas.
Según reveló la encargada del estudio, algunos científicos incluso pensaban que dicho tocado no existía en la vida real, ya que nunca se había descubierto hasta el día de hoy, de acuerdo con el estudio publicado esta semana en la revista especializada Antiquity, de la Universidad de Cambridge.
Al realizar un análisis infrarrojo y radiográfico del hallazgo, los arqueólogos concluyeron que los conos funerarios fueron hechos con cera de abeja —y no con grasa animal ni incienso, como se consideraba antes— y eran huecos.
Pese a que aún se desconoce el significado de estos conos, Stevens sugirió que los antiguos egipcios creían que eran capaces de “proporcionar la asistencia espiritual en el más allá”.
From representation to reality: ancient Egyptian wax head cones from Amarna https://t.co/GAPMr7rZRF pic.twitter.com/UvdQoDBIUJ
— Marina Esteve (@MarinaEEgypt) December 11, 2019
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