Los beduinos residentes en el desierto del noreste de Egipto —donde se ubican las termas de Moisés, compuestas por siete fuentes— han expresado su esperanza de que las personas caminen de nuevo sobre esta arena sagrada, una vez que terminen las obras de renovación.
Para convertir la zona en una atracción turística, los funcionarios a cargo del programa, tienen planeado instalar bazares, cafeterías, restaurantes, en el marco de la segunda fase del proyecto. La primera fase había comenzado a finales de 2015 y terminó relativamente hace poco.
El titular egipcio de Antigüedades, Yaled al-Anani, ha destacado que el mencionado proyecto turístico es un “mensaje en la lucha contra los terroristas” en Egipto.

Según el relato del segundo libro de la Biblia, Dios le dijo a Moisés que cortara una rama para meterla en ese manantial y convertir el agua en dulce y poder beberla, tras haber estado tres días sin catar gota en el desierto.
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