Conforme a la agencia rusa de noticias RT, uno de los medios extranjeros presentes en dicho evento, los tres túneles operativos del polígono nuclear norcoreano, donde se realizaron las seis últimas pruebas nucleares, han sido detonados junto con sus estructuras de tierra.
A este respecto, la citada fuente asevera que entre los túneles destruidos había unos “totalmente nuevos y modernos” preparados para pruebas nucleares, pero que nunca fueron usados.
El Gobierno norcoreano, liderado por Kim Jong-un, realizó esta acción como un gesto de buena voluntad del país asiático y su firmeza en cumplir con sus promesas de desnuclearización de la península coreana.
No obstante, pocas horas después, el presidente estadounidense, Donald Trump, canceló la cumbre con el líder norcoreano que estaba prevista celebrarse el próximo 12 de junio en Singapur, una medida que ha provocado la denuncia de otros países.
Reiteramos a Estados Unidos nuestra disposición a sentarnos cara a cara en cualquier momento y en cualquier forma para resolver el problema”, afirma el primer viceministro norcoreano de Asuntos Exteriores, Kim Kye-gwan.
Por su parte, Pyongyang ha anunciado este viernes que pese a la hostilidad de Washington, Corea del Norte todavía está dispuesto a resolver problemas con Estados Unidos y ha expresado su esperanza de que la reunión aún pueda ser reprogramada.
“Reiteramos a Estados Unidos nuestra disposición a sentarnos cara a cara en cualquier momento y en cualquier forma para resolver el problema”, ha señalado el primer viceministro norcoreano de Asuntos Exteriores, Kim Kye-gwan, citado por la agencia oficial de noticias KCNA.
En este sentido, la autoridad norcoreana ha insistido en que Pyongyang no ha cambiado su objetivo y voluntad de hacer todo por la paz y la estabilidad de la península de Corea. “Siempre estamos dispuestos a ofrecerles a los estadounidenses tiempo y oportunidades con una mente abierta”, ha agregado.
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