• El líder de Corea del Norte, Ki Jong-un, da un discurso en Pyongyang, la capital, 12 de diciembre de 2017.
Publicada: martes, 9 de enero de 2018 3:07
Actualizada: martes, 9 de enero de 2018 3:32

El polémico discurso del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, con ocasión del Año Nuevo 2018, además de lanzar amenazas a su par estadounidense, Donald Trump, parece tener otro mensaje oculto: el líder norcoreano sufre problemas renales.

Cho Dong-uk, experto en materia de análisis forense sobre grabaciones de audio y profesor de la Universidad Nacional de Chungnam, ha analizado la vibración, el ruido y la amplitud en la manera de pronunciación de los sonidos en el discurso que pronunció el líder norcoreano el 1 de enero.

El rotativo surcoreano The Korea Times, en un informe publicado este martes, ha recogido los resultados de este análisis: “por lo menos, las pruebas muestran que sus riñones son más débiles que otros órganos”. “Los problemas renales, a menudo causan que el cuerpo se hinche”, añade el diario.

No obstante, agrega que la voz de Kim Jong-un no muestra problemas de pulmones o corazón. El líder de Corea del Norte tiene sobre peso, bebe alcohol y fuma, lo que pone en peligro su salud. Su padre Kim Jong-il murió a causa de un supuesto problema cardíaco.

Por lo menos, las pruebas muestran que sus riñones (del líder norcoreano Kim Jong-un) son más débiles que otros órganos”, indica Cho Dong-uk, experto en materia de análisis forense sobre grabaciones de audio y profesor de la Universidad Nacional de Chungnam.

 

En su discurso de Año Nuevo, Kim volvió a amenazar a Washington con su poderío armamentístico y misiles que podrían cubrir todo el territorio de EE.UU., además de retar a Trump con el botón nuclear que tiene sobre su mesa.

Trump no dejó sin respuesta la amenaza y, como siempre, recordó en un tuit a Kim que tiene sobre la mesa un botón nuclear “más grande” que el suyo; comentario que para la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, dirigía una advertencia al líder norcoreano respecto a los riesgos de un eventual conflicto nuclear.

Las tensiones en la península de Corea no dejan de aumentar por los constantes ejercicios militares de Washington y sus aliados regionales en la zona, lo que Pyongyang considera una declaración de guerra.

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