• Los dedos acusadores apuntan a Carabineros chilenos por incendios
Publicada: domingo, 29 de diciembre de 2019 15:15
Actualizada: domingo, 29 de diciembre de 2019 19:36

Tras incendio del viernes en el Centro Arte Alameda en Chile, la directora de esa institución reiteró sus sospechas de que lo sucedido fuera obra de Carabineros.

La directora del Centro Arte Alameda, Roser Fort, descartó el sábado “totalmente” que un cóctel molotov originara el incendio que el pasado viernes afectó al recinto en cuestión, en medio de los recientes enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía en los alrededores de la plaza Italia, en Santiago (capital chilena), y apuntó, en cambio, a la posibilidad de que hubiera sido provocado por una bomba lacrimógena.

“Vinieron peritos de Bomberos y la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile. Es un tema que esperamos se resuelva de la manera más transparente posible, pero descarto totalmente una molotov. Eso lo dejo súper claro ante todos: nunca recibimos una bomba molotov”, declaró Fort en una rueda de prensa.

La directora de la institución señaló, en cambio, que fueron arrojadas “tres bombas lacrimógenas” contra el centro, y enfatizó que eso no es nada nuevo para el recinto, ya que “son al menos 70 bombas lacrimógenas las que han afectado el Centro de Arte durante este período, en 69 días”.

Asimismo, la funcionaria aseguró que uno de los proyectiles lanzados por las fuerzas policiales cayó en el techo, lo que desató el fuego que destruyó el edificio, y explicó que se lanzó una cantidad de bombas lacrimógenas descomunal y, de todas ellas, suponen, algunas cayeron sobre el tejado.

Además, consideró que algunas de las bombas lacrimógenas pudieron rebotar y caer en un lugar inalcanzable y eso fue lo que desató el fuego; no obstante, se mostró partidaria de esperar los resultados de la investigación en curso, aunque insistió en que “no fue una molotov la que subió varios metros, sino un proyectil lanzado a la azotea”.

Por otra parte, el general de Carabineros de Chile, Enrique Bassaletti, puntualizó que la Fiscalía dispuso que la PDI investigara el origen del siniestro y que “dentro de las hipótesis está que puede haber sido una bomba lacrimógena de los Carabineros”, agregando que hasta ahora no existe evidencia alguna de que se haya producido por su actuar.

Sin embargo, Bassaletti indicó que la violencia y las manifestaciones tienen consecuencias y que “no son actos románticos, heroicos, como han señalado algunos medios, quienes los propician”, sino que “simplemente es jugar con fuego”.

El Centro de Arte Alameda se encontraba muy cerca de la plaza de la Dignidad, epicentro de las manifestaciones populares registradas en la capital desde el estallido social del 17 de octubre, y en su sede se hallaba un punto de primeros auxilios para atender a los heridos en las protestas.

El incendio desatado en la referida institución fue uno de los hechos violentos más obvios de los Carabineros durante la jornada de protestas del viernes, cuando también murió un manifestante al caer en un foso con instalaciones eléctricas cuando huía de la represión policial.

 

El Gobierno chileno ha reprimido las manifestaciones desde el primer día, el 17 de octubre, siguiendo las directrices de la Constitución actual del presidente del país, Sebastián Piñera, que facilita la militarización, la represión y la criminalización de la población civil.

Conforme a datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), la crisis social en Chile ha dejado más de 25 personas fallecidas, mientras que alrededor de 3450 han resultado heridas por la represión policial desde el día 17 de octubre hasta el 6 de diciembre.

Muchas organizaciones, como Amnistía Internacional (AI), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han expresado su preocupación por los actos violentos y de lesa humanidad protagonizados por los Carabineros contra los manifestantes, y han denunciado la represión de los uniformados chilenos durante el desarrollo de las protestas.

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