Canadá “no está en venta… No estará en venta”, enfatizó el martes Carney durante una reunión con Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en lo que fue el primer encuentro entre ambos líderes luego de varios cruces en los últimos meses.
“Como sabe por el mercado inmobiliario, hay algunos lugares que nunca están a la venta. Estamos sentados en uno de esos en estos momentos. Y el Palacio de Buckingham que usted visitó también”, manifestó Carney.
En respuesta, el presidente estadounidense dijo: “nunca digas nunca”. “Canadá nos quiere y nosotros queremos a Canadá. Creo que eso es lo más importante”, añadió.
El premier canadiense aseveró que la oportunidad está en la asociación entre las dos naciones y en lo que se puede construir juntos, como Washington y Ottawa han hecho en el pasado.
Trump, por su parte, repitió sus alegaciones anteriores de que la adhesión de Canadá a EE.UU. conllevaría importantes recortes de impuestos y otros beneficios para los ciudadanos canadienses. “Tendrían el ejército gratis, una atención médica tremenda y otras cosas. Habría muchas ventajas”, ofreció.
El pasado enero, Trump anunció que Canadá debería ser el estado 51 de su país, justo después de que el expremier canadiense Justin Trudeau anunciara su renuncia.
Según los expertos, esta estrategia marca un paso hacia una política exterior más autónoma y diversificada, adicional a reflejar un intento por fortalecer su autonomía en un contexto internacional de múltiples centros de poder, donde la hegemonía pierde fuerza.
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