• Monika Schaefer, candidata legislativa del Partido Verde canadiense en el condado de Yellowhead (centro oeste) en 2006, 2008 y 2001.
Publicada: domingo, 17 de julio de 2016 7:03
Actualizada: lunes, 24 de abril de 2017 6:12

El Partido Verde de Canadá expulsa a una candidata legislativa en 2006, 2008 y 2011, tras un vídeo en que pide perdón a su madre por reproches sobre el Holocausto.

“Condeno las terriblemente erradas e inciertas declaraciones” de Monica Schaefer, ha declarado la líder del Partido Verde canadiense, Elizabeth May, a través de un comunicado recogido ayer sábado por la prensa local.

La expulsión se produjo menos de 24 horas después de las protestas de la logia masónica sionista B’naith B’rith por un vídeo puesto por Schaefer a mediados de junio en el canal de Youtube de su hermano, y visto por decenas de miles de personas en distintos idiomas.

Condeno las terriblemente erradas e inciertas declaraciones” (de la excandidata Monica Schaefer sobre el llamado "Holocausto"), ha declarado la líder del Partido Verde de Canadá, Elizabeth May

En el vídeo, la activista ecologista canadiense, de origen alemán, compara las humillaciones impuestas a los pueblos nativos de América con la que ella misma sufrió de niña, obligada a avergonzarse de su nacionalidad.

Schaefer recuerda que, muchos años atrás, echó en cara a su hoy difunta madre no haber “hecho nada” por impedir los crímenes achacados al dictador alemán Adolf Hitler y a su régimen (1933-1945), y en particular los llamados “campos de la muerte”.

Pero en 2014, explica, comenzó a “entender” que el supuesto exterminio sistemático de los judíos durante la IIª Guerra Mundial es, según ella, “la mayor y más perniciosa y persistente mentira de toda la Historia”.

 

Todos los historiadores revisionistas reconocen que Alemania mantuvo “campos de detención” con presos internados por la fuerza, señala, pero eran, según ella, “campos de trabajo” para fabricación de armamento.

En tales circunstancias, observa, no tenía sentido asesinar a los trabajadores forzados, ni tiene sentido que hubiera hospitales en los campos, si estos hubieran sido “de exterminio”.

No había “cámaras de gas”, asegura, sino que el gas empleado lo era para combatir posibles epidemias de tifus a través de piojos, como efectivamente se produjeron en el marasmo del fin de la guerra —cosa que la historiografía “oficial” no desmiente—.

El relato habitual sobre los campos de concentración alemanes del período de Hitler fue establecido por el Tribunal Militar Internacional de Núremberg, formado por los vencedores de la IIª Guerra Mundial, y criticado ya entonces, incluso por militares estadounidenses.

Ese relato fue usado para justificar la partición de Palestina y la creación del régimen de Israelí, cuyas poderosas redes de apoyo transnacionales ejercen presión para evitar que sea puesto en duda, incluso habiendo hecho adoptar legislación con penas hasta de cárcel por delitos de opinión en numerosos Estados europeos.

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