El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó este viernes desde Yakarta, primera parada de su gira por el Sudeste Asiático, la estrategia de Estados Unidos respecto a combatir el narcotráfico en otros países sin pruebas y sin respetar su soberanía.
“Antes de juzgar a alguien, antes de castigar a alguien, hay que tener pruebas. No se puede simplemente decir que se va a invadir, que se va a combatir el narcotráfico en territorio ajeno, sin tener en cuenta la constitución de otros países, la autodeterminación de los pueblos, la soberanía territorial de cada país”, ha reprochado el mandatario.
Bajo el pretexto de luchar contra el narcotráfico, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha intensificado su ofensiva contra países latinoamericanos, declarando un “conflicto armado directo” que ha servido de justificación para sus operaciones militares en aguas internacionales.
“Es mucho mejor que EE.UU. esté dispuesto a dialogar con la Policía de nuestros países, con las comunidades de Justicia de cada país, para que podamos hacer algo juntos”, ha añadido Lula.
El mandatario brasileño también manifestó su interés en un posible encuentro con Trump durante la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Kuala Lumpur, reafirmando su compromiso de defender los intereses de Brasil y de corregir lo que considera un error en los aranceles impuestos por Estados Unidos. “Estoy plenamente interesado en ese encuentro. Y estoy plenamente dispuesto a defender los intereses de Brasil y mostrar que hubo un error en los aranceles a Brasil. Quiero probar con números que se trata de un error”, ha afirmado.
Brasil y EE.UU. han atravesado una crisis diplomática tras la imposición de aranceles del 50 % a productos brasileños, medida adoptada por Donald Trump en represalia por el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro por golpismo, férreo aliado del presidente norteamericano.
Las declaraciones de Lula coinciden con el anuncio del Ejército estadounidense de que ha hundido nueve embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, como parte de su campaña contra las drogas. Inicialmente centrada en Venezuela, la operación se ha extendido al Pacífico, involucrando a Colombia también.
No obstante, tanto Venezuela como otros países de la región denuncian que esta operación forma parte de un nuevo plan injerencista en el Caribe y representa un intento por derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro.
Caracas, por su parte, ha reiterado que es víctima de una “agresión armada destinada a imponer un cambio de régimen” y a instaurar un gobierno “títere”, con el fin de “apoderarse del petróleo, el gas, el oro y demás recursos naturales del país”.
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