“En medio de tantas mentiras y acusaciones intentan defenestrarnos. Dijeron que ya estaba en Bolivia, que soldados rusos estaban en mi país para mi llegada. Ahora me acusan con montajes como parte de esa campaña. El pueblo boliviano clama paz y diálogo”, así escribió el jueves Morales en un tuit desde México, donde se encuentra exiliado.
En otro tuit, el dirigente indígena subrayó que el gobierno de facto de Bolivia trata de urdir este montaje con intención de hacerle un juicio internacional para desacreditarlo.
Asimismo, advirtió que tanto la presidenta autoproclamada, Jeanine Áñez, y Arturo Murillo —quien desempeña el cargo de ministro del gobierno interino— son quienes deben estar preocupados “por la Corte Penal Internacional (CPI)” y por “los crímenes de lesa humanidad que están cometiendo al ordenar a los militares a asesinar” al pueblo boliviano.
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En medio de tantas mentiras y acusaciones intentan defenestrarnos. Dijeron que ya estaba en Bolivia, que soldados rusos estaban en mi país para mi llegada. Ahora me acusan con montajes como parte de esa campaña. El pueblo boliviano clama paz y diálogo”, dice el expresidente boliviano Evo Morales en un tuit desde su asilo en México.
Denuncio al gobierno de facto en #Bolivia por crear un montaje con intención de hacerme un juicio internacional. Apelar a la manipulación judicial para encarcelar a líderes antiimperialistas, de izquierda y progresistas es algo que ya hicieron con Lula, Cristina y Correa.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 21, 2019
Lo único que el gobierno interino quiere es “detener los avances del pueblo”, apuntó Morales en otro escrito para luego deplorar que los golpistas apelan a la manipulación judicial para encarcelar a líderes antiimperialistas, de izquierda y progresistas, tal y como hicieron con los expresidentes de Brasil, Argentina y Ecuador, Luiz Inácio Lula Da Silva, Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa, respectivamente.
Sin embargo, el exmandatario enfatizó que al igual que esos países “hermanos”, en Bolivia también “la verdad triunfará”.
Morales, el primer presidente indígena de Bolivia desde 2006, tras una arremetida golpista de la oposición, que provocó una ola de protestas violentas contra su reelección en los comicios del 20 de octubre, renunció a su cargo el pasado 10 de noviembre para “preservar la paz en su país”.
Desde entonces, el país ha sido escenario de movilizaciones que exigían, al principio, la renuncia del ejecutivo golpista y el regreso de Morales, y luego unas elecciones generales y, así como el restablecimiento del hilo constitucional.
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