En las protestas —convocadas por los ulemas de Bahréin—, los manifestantes corearon consignas contra el régimen de los Al Jalifa y su corrupción y discriminación.
“El pueblo paciente de Bahréin ha entrado en un año nuevo de la revolución contra la dictadura, crueldad y corrupción”, se lee en un comunicado emitido por los ulemas bahreníes para convocar las marchas del martes.
La nota, además, llamaba a los bahreiníes a asistir masivamente a estas manifestaciones pacíficas, si bien otras celebradas fueron reprimidas brutalmente por las fuerzas de seguridad.
El pueblo paciente de Bahréin ha entrado en un año nuevo de la revolución contra la dictadura, crueldad y corrupción”, se lee en un comunicado emitido por los ulemas bahreníes para convocar las marchas contra los Al Jalifa.
El 14 de febrero de 2011 Bahréin fue testigo de masivas protestas lideradas por la mayoría chií: reclamaban reformas políticas al régimen de los Al Jalifa. Las autoridades bareiníes, respaldadas por fuerzas de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), acabaron sofocando violentamente este levantamiento popular.
Los Al Jalifa son responsables de las medidas represivas contra los activistas, según los grupos pro derechos humanos, entre ellos, el Observatorio de Derechos Humanos (HRW, en inglés).
Las autoridades bahreiníes también han realizado juicios masivos y sumarísimos contra los opositores. En el caso más reciente revocaron a 47 personas la nacionalidad bahreiní; similar medida adoptaron contra el prominente sheij chií Isa Ahmad Qasem, quien de momento está hospitalizado después de que durante semanas dicho régimen le negara asistencia médica.
De acuerdo con las últimas estimaciones, aproximadamente 5000 políticos bahreiníes se encuentran encarcelados en las prisiones del régimen y sufren tortura y represión y carecen de acceso al agua potable y a la asistencia médica.
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