El canciller chino destacó que el Líder de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha reiterado en múltiples ocasiones el propósito del programa nuclear del país persa, dedicado exclusivamente a fines pacíficos, incluso emitió una fatwa [edicto religioso] en 2003 que prohíbe categóricamente la búsqueda, el desarrollo o el almacenamiento de esas armas no convencionales por motivos morales y religiosos.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, realizó estas declaraciones el viernes en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo francés, Jean-Noel Barrot, en París.
Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados, especialmente el régimen israelí, han acusado constantemente a Irán de “desviar” su programa de energía nuclear hacia “fines militares”, algo que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no ha podido verificar, a pesar de sus intrusivas inspecciones.
En este sentido, Wang denunció enérgicamente la guerra que el régimen israelí emprendió contra la nación iraní el mes pasado, a la que se unió Estados Unidos. El dúo utilizó la última resolución antiraní de la Junta de Gobernadores de la AEIA como pretexto para sus atrocidades.
Wang aseguró que los ataques israelíes “carecían de legitimidad” y censuró el bombardeo “imprudente” de Estados Unidos a un Estado soberano, lo cual, ha sentado un mal precedente. “Si hubiera ocurrido un desastre nuclear, el mundo entero sufriría las consecuencias”, advirtió.
Asimismo, el diplomático añadió que Pekín respeta el derecho de la República Islámica a utilizar energía nuclear con fines pacíficos y recordó que Irán por ser signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) tiene pleno derecho a ello.
A este respecto, el canciller chino lamentó que la comunidad internacional no haya aprovechado las oportunidades disponibles para resolver pacíficamente este caso. “Aunque el mundo ha escuchado el golpe a la puerta de la paz, en última instancia no ha logrado abrir la puerta”, afirmó Wang.
Según Wang, si el mundo hubiera estado a la altura de esa oportunidad, la cuestión nuclear iraní podría haber sido un modelo para resolver disputas internacionales a través del diálogo y la consulta. “La guerra no puede resolver la cuestión nuclear iraní y el abuso de la fuerza sólo intensificaría los conflictos y profundizaría el odio”, afirmó el máximo diplomático chino.
El 13 de junio marcó el inicio de una brutal agresión del régimen israelí contra Irán, cuando se lanzó un ataque abierto, no provocado y ampliamente condenado, que resultó en la muerte de alrededor de 1000 iraníes: varios altos comandantes militares, destacados científicos nucleares y civiles.
Más de una semana después, el 22 de junio, Estados Unidos se sumó a la ofensiva al bombardear tres instalaciones nucleares iraníes, en una acción que constituyó una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional humanitario y del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), del cual Irán es signatario.
En respuesta, Irán lanzó múltiples oleadas de ataques con misiles y drones contra territorios ocupados por Israel, causando daños significativos en objetivos militares y estratégicos israelíes. Además, golpeó la base estadounidense de Al-Udeid en Catar, considerada la principal instalación militar de Washington en la región de Asia Occidental y finalmente obligó a Estados Unidos y el régimen Israel a aceptar un alto el fuego tras doce días de confrontaciones.
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