Para muchos, detrás de estas rejas se reúnen dos de los mayores criminales de la historia reciente. Uno es un genocida y el otro, el que facilita el genocidio.
Ambos comparten las mismas ambiciones: Crear las condiciones para el caos, la guerra, explotación, exterminio y muerte.
Mientras el presidente se dedica a ofrecer loas y banquetes en honor al genocida Netanyahu, en Texas, familias de casi un centenar de víctimas de las inundaciones siguen buscando cadáveres. Pero las lealtades del Presidente yacen en otros lugares.
Así, entre puertas cerradas e impunidad se realizan acuerdos monetarios, bélicos y coloniales. Trump y Netanyahu son representantes de entidades que emplean el terrorismo. En adición de ello, el lobby sionista en EE. UU. manipula a la política de turno, facilitando estas dinámicas de poder y corrupción.
Según la Casa Blanca, este tercer encuentro oficial entre Trump y Netanyahu tiene el objetivo de establecer alguna especie de cese al fuego en Gaza. Sin embargo, para la opinión pública, las cosas son diferentes. Especialmente dada el historial de ambos individuos y los intereses que a los ambos sirven. Y por este motivo, se teme que el mundo continúe siendo testigo de un genocidio en “Tiempo real”.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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