El acto de protesta tuvo lugar el sábado en la localidad de Bani Yamra, donde la policía empleó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Según los informes, varios de los movilizadores resultaron heridos.
En la marcha los manifestantes también expresaron su solidaridad con el prominente líder opositor, el sheij Isa Ahmad Qasem, a quien la dinastía gobernante decidió revocar la nacionalidad, bajo el pretexto de una supuesta “propagación del extremismo”.
El régimen de Al Jalifa aplica una política de exclusión a la activa mayoría chií, algo que ha sido determinante en el estallido de las manifestaciones a favor de la democracia, que se han suscitado desde 2011.
El próximo martes, se cumplirán seis años desde que los bareiníes iniciaron una serie de manifestaciones casi diarias contra la monarquía de los Al Jalifa, para reclamar, entre otros, el fin del monopolio del poder, la instauración de un sistema constitucional y un Poder Judicial independiente.
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