“Tailandia continuará llevando a cabo acciones militares hasta que consideremos que ya no existe ningún daño ni amenaza contra nuestro territorio y nuestra población.”, ha declarado este sábado el primer ministro del país, Anutin Charnvirakul, en su cuenta de Facebook.
La declaración se produjo tras la afirmación de Trump el viernes, en la que aseguró que los líderes de Tailandia y Camboya habían acordado detener la reanudación de los combates y retomar un acuerdo de paz que él había contribuido a negociar.
Trump señaló que su “muy buena conversación” con Charnvirakul y el primer ministro camboyano, Hun Manet, fue clave para ese avance.
Sin embargo, Charnvirakul ha aclarado que Tailandia no ha aceptado ningún alto el fuego y que los hechos sobre el terreno hablan por sí mismos. “Quiero dejarlo claro: nuestras acciones de esta mañana lo demostraron todo”, añadió.
A Royal Thai Air Force JAS 39C/D Gripen fighter jet carried out an airstrike on the Cambodian Army’s Border Battalion 503 ammunition depot in Nong Ya Kaeo area.#Thailand #Cambodia #ไทยกัมพูชา #ชายแดนไทยกัมพูชา pic.twitter.com/bxGG4RS1wX
— Thai Enquirer (@ThaiEnquirer) December 13, 2025
Este sábado, Tailandia y Camboya volvieron a acusarse mutuamente de bombardeos y ataques con artillería en las zonas fronterizas. Charnvirakul ha confirmado que sus fuerzas habían actuado sin ofrecer más detalles.
Según la agencia estatal camboyana Agence Kampuchea Presse, las fuerzas tailandesas utilizaron aviones de combate F-16 para bombardear la provincia de Pursat, oeste del país.
El Ejército tailandés acusó a las fuerzas camboyanas de disparar cohetes contra zonas civiles en la provincia de Sisaket, sureste de Tailandia, dejando cuatro heridos.
Los enfrentamientos fronterizos han desplazado a unas 700 000 personas en ambos países, con un saldo de 23 muertos desde el lunes, según funcionarios y medios locales.
Ambos países firmaron un acuerdo de paz en octubre en Kuala Lumpur, con la presencia de Trump y el primer ministro malasio Anwar Ibrahim, pero quedó suspendido tras la grave lesión de soldados tailandeses por la explosión de una mina en la frontera.
Tailandia y Camboya mantienen desde hace décadas una disputa fronteriza que ha generado enfrentamientos recurrentes, incluido uno en julio con al menos 48 muertos.
La crisis continúa mientras Trump ha afirmado reiteradamente que merece el Premio Nobel de la Paz, candidatura que Camboya incluso propuso en agosto. Sin embargo, la persistencia de los enfrentamientos en la frontera entre Tailandia y Camboya vuelve a poner en duda la solidez de los acuerdos de paz y el papel de la mediación estadounidense en los conflictos regionales.
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