En un informe publicado el martes, el diario israelí denunció que a pesar de la existencia de muchas “evidencias convincentes” de la masacre de la minoría musulmana Rohingya en Myanmar, Israel continúa permitiendo la venta de armas al Ejército birmano.
El Gobierno de Myanmar ha cometido graves crímenes contra los Rohingya, como matanzas indiscriminadas, el incendio de sus aldeas, violaciones colectivas de mujeres, asesinato y torturas a menores, entre otros actos criminales, según han denunciado diferentes organismos pro derechos humanos, como la Amnistía Internacional (AI).
Existen muchas evidencias, incluidos vídeos, fotografías, documentos e imágenes satelitales, que mostraban la destrucción de las aldeas de los Rohingya a lo largo de varios meses en 2017, año en el que comenzó la campaña militar del Ejército birmano contra la minoría musulmana, calificada por la ONU de una “limpieza étnica”.
Mientras muchos países en todo el mundo han condenado los crímenes de Myanmar contra los Rohingya, el régimen de Tel Aviv ha guardado silencio al respecto y aún mantiene “relaciones amistosas y calurosas” con el Gobierno birmano, censura Haaretz.
La venta de armas a Myanmar por parte del régimen de Tel Aviv se produce dentro del marco del acuerdo alcanzado por ambas partes en septiembre de 2015 durante la visita del jefe de Estado Mayor de la Defensa de Myanmar, el general Min Aung Hlaing, a los territorios palestinos ocupados.
El mismo periódico israelí había señalado anteriormente, en un informe publicado en septiembre de 2017, que las empresas israelíes seguían vendiendo armas a Myanmar, mientras muchos países habían prohibido a sus firmas hacer tales negocios con el Gobierno birmano.
Las Fuerzas Armadas de Myanmar han recibido, además, entrenamiento militar y de inteligencia de expertos militares israelíes.
La venta de armas a Myanmar por parte de Israel viene mientras él mismo masacra y reprime al pueblo palestino.
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