Miles de rohingyas refugiados en Bangladés han marchado hoy denunciando los crímenes y la represión en su contra por las fuerzas militares birmanas y han pedido a la comunidad internacional que haga frente al Gobierno de Myanmar (Birmania) y no deje solos a los refugiados rohingyas.
“Nunca más: día de conmemoración del genocidio rohingya. 25 de agosto de 2018 (…) Queremos justicia por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, se leía en las pancartas y también se oía en los eslóganes que gritaba la gente.
A su vez, los manifestantes recuerdan que, además de ser perseguidos por el Estado birmano, no son reconocidos siquiera como ciudadanos, por lo que no cuentan con la protección de ninguna parte y están, esencialmente, por si solos.
“Queremos que nos reconozcan como rohingyas. Estamos muy tristes porque no estamos en nuestra tierra natal. Todos queremos justicia. Nos quejamos de esto ante el mundo”, dice Mohamad Husein, un rohingya que participa en las manifestaciones, quien además insiste en su derecho para volver a vivir en sus tierras ancestrales.
A su vez, organizaciones no gubernamentales y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dudan que en el futuro próximo o bien, en los próximos años, los rohingyas puedan volver a sus tierras natales.
Queremos que nos reconozcan como rohingyas. Estamos muy tristes porque no estamos en nuestra tierra natal. Todos queremos justicia. Nos quejamos de esto ante el mundo”, dice Mohamad Husein, un rohingya que participa en las manifestaciones para pedir justicia.
“Puede que se necesiten décadas hasta que puedan regresar sin riesgo a Birmania, si es que pueden hacerlo algún día”, ha declarado en un comunicado el jefe de misión de la oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF) en Bangladés, Pavlo Kolovos.
Más de 900 000 rohingyas han huido a Bangladés desde agosto de 2017, cuando el Ejército birmano intensificó sus ataques a esa población y quemó cientos de viviendas y aldeas enteras de musulmanes en Rajine. Las Naciones Unidas consideran el trato que Myanmar brinda a los rohingyas como “limpieza étnica”.
A mediados del julio, la ONG Fortify Rights reveló que el Ejército birmano tenía planeado un genocidio de rohingyas y efectuó “preparativos sistemáticos” para masacrar a civiles de esa minoría musulmana en el mencionado estado.
En Bangladés, un grupo de abogados está presionando para llevar al Ejército de Myanmar ante la Corte Penal Internacional (CPI) por la violencia que ejerce en su contra.
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