“En estos días, vemos con preocupación que pretende reiniciarse la persecución a (el expresidente de Brasil Luiz Inácio) Lula, utilizando las mismas malas prácticas que ya antes fueron usadas”, advirtió el domingo el jefe de Estado de Argentina, Alberto Fernández, a través de una serie de mensajes en Twitter.
Fernández explicó que la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil de anular las condenas contra Lula por supuesta corrupción, relacionada con sobornos, se basó en la falta de competencia de la corte que las dictaminó para investigar el caso contra el exmandatario, por tanto, dar marcha atrás por presiones mediáticas y políticas significaría un retroceso institucional para Brasil y un daño incalculable para el Estado de Derecho como base de sustento de la democracia.
La decisión judicial, añadió el mandatario argentino, tuvo singular relevancia porque dejó en evidencia el accionar de distintos factores de poder (políticos y mediáticos) que condicionaron la administración de Justicia para restarle a un ciudadano la posibilidad competir electoralmente
Además, Fernández destacó a Lula como “un líder democrático” para todo el continente latinoamericano y recalcó que la persecución que condujo a la condena y cárcel a Lula es una “mácula” que ha empezado a limpiar el Supremo de Brasil
El exmandatario fue condenado en 2018 por corrupción y lavado como beneficiario de un tríplex en Guarujá (litoral de Sao Paulo) y estuvo detenido desde abril de ese año hasta noviembre de 2019 en la sede de la Policía Federal de Curitiba.
En esta línea, en 2020, fue condenado a 17 años en segunda instancia por supuesto recibo de sobornos de constructoras, relacionado con un sitio en Atibaia (Sao Paulo), a cambio de influir en la obtención de contratos en Petrobras. El expresidente siempre ha negado los cargos en su contra.
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