El juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal (STF), derogó el lunes todas las condenas en contra del exmandatario brasileño, argumentando que la corte que las dictaminó no era competente, por lo que nuevamente deberá ser juzgado por la justicia federal del país en lo relacionado con su supuesta vinculación con la operación Lava Jato.
Lula fue juzgado por un tribunal a cargo de Sergio Moro, quien en unos audios sugiere a Deltan Dallagnol, entonces encargado de la investigación de dicha operación, que los testigos hablasen en contra de Lula da Silva para lograr su condena. Estas conversaciones probarían que hubo un complot entre los fiscales y el juez para hallarlo culpable, además, Moro no tenía competencia jurídica para impartir justicia en estos casos, así que la Corte Supremo decidió revocar las condenas.
El expresidente fue condenado en 2018 por corrupción y lavado como beneficiario de un tríplex en Guarujá (litoral de Sao Paulo) y estuvo detenido desde abril de ese año hasta noviembre de 2019 en la sede de la Policía Federal de Curitiba. En 2020, fue condenado a 17 años en segunda instancia, acusado de recibir sobornos de constructoras, relacionados con un sitio en Atibaia (Sao Paulo), a cambio de influir en la obtención de contratos en Petrobras.
Sin embargo, el líder socialista siempre ha negado los cargos en su contra y se ha considerado víctima de un complot político impulsado por el juez Moro.
No obstante, Fachin, encargado del Supremo para la operación anticorrupción Lava Jato, señaló que los tres casos que penden contra el expresidente deben pasar por los tribunales federales en Brasilia para que los expertos los investiguen y luego decidan sobre el curso de cada uno.
Ante los nuevos acontecimientos, el exmandatario recupera sus derechos políticos. De ratificarse el fallo del STF, brindará la posibilidad de que Lula vuelva a presentarse como aspirante a las elecciones presidenciales de 2022.
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