La provincia de Lorestán, en el oeste de Irán, se transforma cada año en un escenario natural único. Con la llegada del otoño, sus montañas, valles y pueblos se tiñen de tonos dorados, rojizos y ocres, ofreciendo un paisaje que parece un gran cuadro viviente.
Entre la vasta paleta de colores que Lorestán despliega en otoño, Aleshtar, la capital del condado de Selseleh, destaca con una belleza particularmente sorprendente. Sus extensas llanuras, huertos centenarios, montañas serenas y ríos estacionales conforman un paisaje que convierte a la ciudad en un destino ideal para quienes buscan disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.
La fría brisa matinal atraviesa los árboles y agita suavemente los matorrales y campos que rodean la ciudad. Durante estos días coloridos, Aleshtar se convierte en un lugar favorito para turistas y amantes de la naturaleza, que viajan al norte de Zagros para admirar el rostro otoñal de Lorestán y capturar los momentos únicos de esta transformación.
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