Bajo la consigna “paremos el ajuste”, sindicatos y organizaciones sociales movilizaron a decenas de miles de personas en Buenos Aires, capital argentina, como antesala a la huelga general prevista para este martes en rechazo a las medidas de austeridad del Gobierno y a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Macri acordó en junio un auxilio por 50 000 millones de dólares con el FMI para hacer frente a una crisis cambiaria que ha llevado a una depreciación del 50 % del peso, la moneda argentina, desde enero de este año.
Argentina negocia en este momento una ampliación de ese acuerdo —del cual ya ha recibido 15 000 millones de dólares— y también que se acelere los desembolsos previstos para los años siguientes.
“Vamos a tener más apoyo del FMI. No puedo decir cuánto, porque estamos negociando”, ha declarado Macri este lunes en una entrevista con la televisión Bloomberg desde Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
Aunque la huelga general fue convocada para este martes, desde el día anterior pararon la escuela pública, los hospitales y parte de la administración pública.
Vamos a tener más apoyo del FMI (Fondo Monetario Internacional). No puedo decir cuánto, porque estamos negociando”, declara el presidente argentino, Mauricio Macri.
El martes no habrá transporte público, ni banca, y los controladores aéreos suspenderán sus actividades por lo que las aerolíneas comenzaron a reprogramar sus vuelos.
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, lamentó el llamado a huelga general, al considerar que Argentina se encuentra en un momento “en que todavía la actividad está cayendo y tenemos que empezar a recuperarla”.
Debido a la crisis económica, Argentina cambió sus previsiones para 2018 y ahora proyecta una inflación anual por encima del 40 % y una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,4 %. Para 2019, el Gobierno de Macri se propone lograr que el déficit fiscal primario sea equivalente a cero, lo que supone duras medidas de ajuste.
Varios partidos y grupos de legisladores argentinos han criticado las políticas económicas de Macri y afirman que la colaboración con el FMI significa “más endeudamiento, recortes de sueldos, de jubilaciones, privatizaciones, despidos en el sector público y el crecimiento de la tasa de pobreza”.
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