Solo en los primeros 10 meses del 2017, 13 comunicadores han sido asesinados en México, lo que lo convierte en el país más peligroso del mundo para ejercer la profesión de manera libre.
Una realidad que golpea a la sociedad mexicana pero que también repercute en la República Argentina.
Las agresiones a la prensa, amedrentamiento de periodistas, despidos por causas políticas y autocensura, son parte del cotidiano, en los dos extremos de Latinoamérica.
La falta de reacción social ante asesinatos y desapariciones forzadas, reflejadas en comicios electorales, parece ser parte de la realidad virtual, creada al calor de las pantallas comerciales.
Sebastián Salgado, Buenos Aires.
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