El grupo Talibán atacó el lunes por la noche la Zona Verde de Kabul, donde se ubican las embajadas y centros de varios países y una posada para los extranjeros. El ataque suicida dejó más de 16 muertos y más de 100 heridos.
Los lugareños han salido este martes a las calles para protestar contra el despliegue y la presencia de tropas extranjeras en las áreas urbanas de Kabul y han pedido el traslado de dichos centros a las afueras de la ciudad para minimizar las bajas civiles en los ataques que realizan de vez en cuando los terroristas contra esta zona.
El ataque se produjo mientras el presidente afgano, Ashraf Qani, recibía al representante especial de Estados Unidos para la Reconciliación de Afganistán, Zalmai Jalilzad, para dialogar sobre un acuerdo de paz con los talibanes.
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Desde 2001, Afganistán sufre una especie de invasión de EE.UU. y sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que desplegaron tropas allí so pretexto de derrocar a los insurgentes del Talibán. No obstante, pasados más de 18 años, la inseguridad sigue reinando en el país y los civiles son las principales víctimas de esta prolongada guerra.
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