“Tras los atentados, EE.UU. persiguió una serie de objetivos que provocaron muchos peligros para la Umma (comunidad) islámica”, ha asegurado Al-Houthi en un discurso televisado.
Las autoridades estadounidense, a su juicio, allanaron el camino para el surgimiento de grupos terroristas como EIIL (Daesh, en árabe) y Al-Qaeda en Oriente Medio, que tratan de mancillar la imagen pacífica del Islam.
En otra parte de sus declaraciones, el líder de Ansarolá ha recalcado que Estados Unidos y el régimen israelí intervienen en asuntos internos de distintos países de la región a través de grupos que luchan en su lugar.
“EE.UU. y Israel se benefician de guerras mediante terceros, en las que se valen de grupos terroristas que impulsan los intereses de sus patrocinadores”, ha añadido.
En referencia a los esfuerzos de algunos países ribereños del Golfo Pérsico por estrechar relaciones con Israel y EE.UU., Al-Houthi ha denunciado que las posturas de algunos Estados árabes sirven los intereses de los sionistas y estadounidenses.
Tras los atentados (del 11 de septiembre de 2001), EE.UU. persiguió una serie de objetivos que provocaron muchos peligros para la Umma (comunidad) islámica”, dice el líder de Ansarolá, Abdulmalik al-Houthi.
A continuación, el dirigente yemení ha asegurado que “los enemigos” tratan de socavar la resistencia de los yemeníes frente a la agresión de Arabia Saudí, que ha dejado miles de muertos.
Al-Houthi ha reiterado, sin embargo, que ante las amenazas de Arabia Saudí Ansarolá está decidido a desarrollar su capacidad militar. “La producción de aviones no tripulados y el desarrollo de misiles es un derecho inalienable de los yemeníes”, ha sostenido.
Riad y sus aliados violan a diario la soberanía aérea de Yemen y bombardean posiciones civiles con armas suministradas por EE.UU. y otros países europeos desde marzo de 2015, con el pretexto de acabar con la supuesta ‘amenaza’ de Ansarolá, que lucha eficazmente contra los terroristas de Al-Qaeda en la zona.
En realidad, Riad trata con sus bombardeos de restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi. Las ambiciones de la monarquía saudí han dejado más de 10.000 muertos.
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