Recientemente, los medios vinculados al movimiento popular yemení Ansarolá han publicado imágenes en las que se ve el impresionante disparo a larga distancia de un francotirador yemení contra un soldado saudí en la región de Nayran, en el sur de Arabia Saudí, según recogió el lunes el portal web sirio Al-Masdar News.
De acuerdo con las fuentes, el francotirador yemení mató al soldado saudí desde una distancia de 2 kilómetros; un tiro extremadamente profesional si se tiene en cuenta factores como el viento de costado, la humedad y la gravedad.
Por otro lado, las fuerzas yemeníes dispararon el lunes un misil balístico tipo Zelzal-2 contra las posiciones de mercenarios respaldados por Riad y leales al expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, en el distrito de Nihm, en la provincia central de Saná. En esta ofensiva decenas de los hombres contratados por los saudíes murieron o resultaron heridos.
Una fuente militar, que habló bajo condición de anonimato, declaró a la cadena de televisión yemení Al-Masirah que las fuerzas del Ejército yemení dispararon el misil mientras trataban de hacer avances en Nihm.
Las fuerzas yemeníes también provocaron serias bajas a las filas adherentes a los Al Saud como resultado de dos ataques separados contra puestos controlados por mercenarios saudíes en la provincia suroccidental de Taiz.
Yemen afronta una cruenta guerra desde marzo de 2015. Según ha calculado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la campaña militar de Arabia Saudí ha acabado con la vida de más de 12.000 personas, además de desolar una gran parte de la infraestructura, incluidos hospitales, escuelas y fábricas.
La ONU ha llamado una y otra vez al régimen saudí a poner fin a lo que llamó “estúpida guerra”, que también ha desbordado la situación humanitaria, acarreando la peor hambruna en décadas y un brote sin precedentes del cólera.
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