Francia acoge la cumbre del G7 en medio de tensiones y protestas. Con gases lacrimógenos y chorros de agua, la Policía francesa intentó dispersar a miles de manifestantes anticapitalistas que protestaban contra la celebración de la cumbre en la frontera franco-española.
Las manifestaciones forman parte de la llamada contracumbre, en la que se realizan cientos de eventos con el objetivo de reclamar alternativas al modelo capitalista. Denuncian la brecha económica y el cambio climático, entre otros problemas mundiales.
Los mandatarios de los 7 países industrializados reunidos en la ciudad costera de Biarritz, debatirán sobre las divergencias, como los incendios en la Amazonía, el Brexit, el comercio mundial y la guerra comercial lanzada por el presidente estadounidense Donald Trump.
El acuerdo nuclear de Irán también es otro tema de la agenda. Los países europeos intentan resolver la crisis que desencadenó la salida de Washington del pacto firmado en 2015.
El G7 también podría revisar si vuelve a ser el grupo de los ocho, tal como fue entre 1998 y 2014, antes de suspender a Rusia, por la reintegración de la península de Crimea.
La cumbre terminará el lunes. Pero no se espera que los mandatarios alcancen una declaración final debido a la división existente.
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