Estos juegos militares, bautizados Sea Breeze-2018, se llevan a cabo en medio de las tensiones con Moscú a raíz de la reintegración a la Federación Rusa de la península de Crimea, donde se encontraba el cuartel general de la Fuerza Naval de Ucrania.
Desde esta anexión en 2014, los países occidentales han mostrado en reiteradas ocasiones su apoyo a Kiev y se comprometieron a desafiar al Kremlin tanto por sanciones como por acciones militares cada vez más cerca del territorio nacional ruso.
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