Desde el lunes por la mañana, la casa Willy Brandt, la sede del Partido Socialdemócrata (SPD, por sus siglas en alemán) de Alemania, en Berlín, se ha convertido en el epicentro de una carrera contra reloj para buscar el ansiado acuerdo que debía haberse anunciado el domingo pasado.
Pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, y el líder del SPD, Martin Schulz, habían logrado un acuerdo para poner fin a las políticas de austeridad en la Unión Europea (UE), el socialdemócrata admitió que aun persistían serias diferencias con la canciller alemana respecto a dos reivindicaciones de su partido: la Salud y el Trabajo.
A su vez, Merkel admitió que en la última jornada de negociaciones con el Partido Socialdemócrata para acordar un pacto de gobierno se necesitarán ‘compromisos dolorosos’ por ambas partes, y se mostró dispuesta a ellos si son en beneficio del país.
Aunque negociadores del SPD se han mostrado confiados en lograr un acuerdo con la colación conservadora, sin embargo, el documento consensuado deberá todavía ser refrendado por los militantes socialdemócratas en una consulta vinculante.
Si se da luz verde al pacto de gran coalición, Merkel podrá iniciar su cuarta legislatura como canciller, tres de ellas en alianza con los socialdemócratas y una con los liberales.
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