A través de un mensaje publicado en su canal de Telegram, el canciller venezolano, Yván Gil, criticó el jueves que el ofrecimiento que conduzca a la captura del presidente del país, Nicolás Maduro, “carece de sustento legal y moral y responde a intereses políticos de sectores de la ultraderecha tanto en Estados Unidos como en Venezuela”.
“La patética ‘recompensa’ de Pamela Bondi (fiscal general de EE.UU.) es la cortina de humo más ridícula que hemos visto”, expresó Gil, al considerar la medida como una maniobra mediática destinada a desviar la atención de los verdaderos problemas internos que enfrenta Estados Unidos.
La declaración de Gil culminó con una afirmación categórica sobre la postura del país sudamericano, al enfatizar que “la dignidad de nuestra patria no está en venta. Repudiamos esta burda operación de propaganda política”.
En 2020, durante la primera presidencia de Donald Trump, Estados Unidos acusó a Nicolás Maduro de delitos relacionados con narcotráfico y terrorismo, y, en una medida poco común, ofreció una recompensa por información que condujera a la captura del presidente venezolano. En enero de 2025, la recompensa fue incrementada a 25 millones de dólares.
El jueves, el Departamento de Justicia y el de Estado de Estados Unidos aumentaron la recompensa, que, según la fiscal general Pamela Bondi, se convierte en “una recompensa histórica de 50 millones de dólares”. Bondi fue aún más allá, calificando a Maduro como uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
Según la Casa Blanca, el mandatario venezolano es acusado de utilizar “organizaciones terroristas extranjeras como el TDA [Tren de Aragua, desmantelado en Venezuela], así como los cárteles de Sinaloa y de los Soles, para introducir drogas letales y violencia en EE.UU.”.
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