Los nuevos tanqueros, por valor de 67 millones de dólares, serán construidos por la compañía de Industrias Marítimas de Irán, Sadra, en su astillero Bushehr, que construyó dos buques anteriores para la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Los dos nuevos petroleros, que se llamarán India Urquia e India Mara, costarán 33,77 millones de dólares cada uno, según un documento interno de PDVSA que detalla el acuerdo propuesto.
Según una fuente familiarizada con el asunto, la construcción del petrolero “India Urquia debe comenzar pronto”. Para el final del contrato, PDVSA habrá pagado a Irán unos 168,6 millones de dólares por los cuatro buques, según la oferta.
PDVSA se ha valido cada vez más del privilegio de la floreciente relación entre Irán y Venezuela para reconstruir su flota con la ayuda de empresas iraníes.
Sus operaciones marítimas se han visto impactadas por una falta de capital de larga data en medio de sanciones estadounidenses que han dificultado la obtención de seguros y clasificación, que son esenciales para navegar en aguas internacionales.
La campaña iraní Sadra ya construyó dos buques tipo Aframax para PDVSA, llamados Arita y Anita, que pueden transportar entre 500 mil y 800 mil barriles de petróleo cada uno.
El Arita, ahora rebautizado como Colón, zarpó por primera vez en 2017. Además, el Anita partió de Irán a fines de diciembre con un cargamento de condensado iraní para PDVSA y, según servicios de seguimiento de petroleros, todavía no ha llegado a Venezuela.
Se espera que otros dos buques separados fletados por la estatal Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC, por sus siglas en inglés), los superpetroleros Wen Yao y Sea Cliff, también entreguen condensado iraní a Venezuela este mes como parte de un intercambio petrolero con PDVSA, según la firma de monitoreo TankerTrackers.com.
Venezuela e Irán, que son objetivos de las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos, se respaldan el uno al otro en su desarrollo soberano y frente a las presiones de la Casa Blanca.
Durante los últimos años, la República Islámica ha suministrado a Venezuela combustible y diluyentes para la elaboración de grados de crudo exportables, y desde 2020 ha proporcionado piezas para reparar y modernizar la red de refinación de 1,3 millones de bpd del país bolivariano.
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